miércoles, 3 de febrero de 2016

MITOS SOBRE LA HIPNOSIS





1- La hipnosis elimina el control, la voluntad y la autonomía del hipnotizado que puede quedar en manos del  hipnotizador:
En hipnosis no se pierde el control, la persona hipnotizada es quien tiene el control, pudiendo interferir con las sugestiones que no le agraden, tanto como aceptar aquellas que quiera, pudiendo interrumpir el proceso en cualquier momento y por propia voluntad.
No es el trabajo ni la intención del profesional controlar al paciente, sino guiarlo, orientarle y enseñarle a tener más autocontrol sobre conductas que hasta el momento la persona pudo haber vivido como respuestas automáticas o involuntarias a ciertas circunstancias de su vida.
Asimismo, la autohipnosis es una estrategia de control y afrontamiento que promueve que la persona aprenda a controlar aquellas respuestas automáticas.

2- La hipnosis podría dejar a la persona en  trance de forma permanente, de modo de no poder salir del estado hipnótico, y así sería posible que quedara en aquel estado, coartada en su volición o se mantendría en una especie de sueño perpetuo.
Al ser la hipnosis una experiencia común que se da espontáneamente en la vida cotidiana y en distintos momentos del día donde se entra y sale de ella de manera natural, es imposible quedarse en un trance sin fin.

3- La hipnosis provoca un estado similar o equiparable al del sueño en el que la persona muestra características especiales, si no suceden dichas características la persona no estaría en hipnosis.
Si bien la etimología de la palabra hipnosis significa sueño, en rigor la experiencia hipnótica no implica ninguna clase de sueño y tampoco es necesario que la persona en trance tenga que presentar un estado y presencia particular como la de los ojos cerrados, un  estado de ensoñación, relajación o aletargamiento. Se puede estar en hipnosis a través de un proceso de alerta y actividad.

4- La hipnosis provoca reacciones o conductas inusuales, excepcionales, y casi mágicas en las personas.
En hipnosis, la persona se encuentra con los propios potenciales, recursos y capacidades,  sin la intervención de los criterios de la consciencia,  que a veces pone limitaciones mediante los juicios que hace de las propias competencias.  De esta manera facilita que la persona pueda desarrollar esas mismas capacidades de un modo pleno.

5- La hipnosis por sí misma es una terapia rápida y eficaz que no exigiría ningún esfuerzo por parte del paciente para cambiar su comportamiento.
La hipnosis no es una terapia, es un instrumento y herramienta terapéutica  al servicio de un tratamiento.
Los tratamientos con hipnosis clínica por disposición legal, sólo pueden realizarlo los profesionales de la salud: psicólogos, médicos, dentistas, que tengan formación específica en el uso del conjunto de técnicas y posean matrícula ante el Ministerio de Salud.

El consultante al estar participando activamente del proceso de terapia con hipnosis e implicarse responsablemente en su proceso de cambio logrará conseguir los resultados perseguidos.

6- Es imposible que la persona en hipnosis mienta.
Como la persona en hipnosis mantiene el control de lo que le ocurre en todo momento, no revelará ninguna información que no revelaría fuera de hipnosis, por lo que puede mentir a voluntad.

7- Todo lo que se recuerda en el proceso mientras se está en hipnosis es verdad, como si la memoria de la vivencia o experiencia recuperadas durante el trance fuera el hecho en sí mismo tal y como se dio en el momento del suceso.
La persona en hipnosis es capaz de recordar cosas correctas e incorrectas, pero aumenta su confianza en que lo que recuerda es cierto aunque no lo sea. Es probable que no pueda distinguir un recuerdo falso de uno real.

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